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Vámonos a estudiar arte en Florencia
Ven, te llevo, agarra tu maleta y vámonos a Florencia, la ciudad de Cosimo de Medici, mi amada Simonetta y toda la pasta y pizza que puedas encontrar.
¿Para estudiar arte? No existe mejor destino, después de mil horas de avión y seguramente una o dos escalas en París o Madrid ya llegaste. El taxi se menea por las callecitas empedradas, parece que baila al ritmo de “That's Amore” de Dean Martin, te doy chance búscala en Spotify para que te vayas ambientando.
¿Dónde nos vamos a quedar? En un depa diminuto a una calle del Duomo, tienes que empujar la llave con toda tu alma para que entre, se cae de viejo, huele a queso y tu catre rechina de solo respirar, pero, ¿qué importa? Estas a una calle del Duomo.
Okay okay, la primera noche no dormiste nada, la diferencia de horario y ese pinche calor que te pega la piel a las sábanas no dejaron que pegarás el ojo, ¿pero a quién le importa la falta de sueño? En la ciudad del espresso (y después de diez de estos) hasta la sangre te vibra.
Vamos a la escuela de arte, pasas por 15 heladerías y es imposible no parar en alguna por un helado de pistache. Llegando a la escuela te dan tus materiales, ya si cruzaste el mundo entero para estudiar escultura, que sea en mármol. Entre los materiales viene una caja de curitas, hold on to that, creeme, la vas a necesitar.
Se supone que las clases son en inglés pero ese italiano enorme de ojos saltones claramente te está gritando en italiano, no es un grito de enojo, sino de pasión por la vida como buen italiano, sin más, a darle al bloque de mármol. El polvo blanco hermoso y brillante vuela por los aires y sabes que ya se te metió hasta por la nariz, pero síguele dando, en la mañana viste las esculturas de Michelangelo y si él puede, tú puedes aunque sea intentarlo.
Si le das lo suficiente con tu cincel al mármol puedes sentir como los golpes se sincronizan a tu corazón y da igual que estés cansado, sabes que te espera la mejor pizza de tu vida.
Cuídate por las calles de Florencia, no te vayan a robar el corazón. Espero te haya gustado estudiar aquí y ya sabes, en el arte todo es práctica.
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