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Reconstruyendo la idea de cómo suena un saxofón. Cracks de Bendik Giske

Bendik Giske forma parte de la vanguardia del sonido en el saxofón moderno, esto al menos en la música popular. La originalidad de su concepto también se expande a: su imagen como artista, su performance en vivo y a las temáticas que aborda su música. Un ejemplo de esto es su primer disco (Surrender, 2019), en el que explora la euforia de las pasiones nocturnas y, aún sin decir palabra alguna, utiliza excelentemente la técnica al servicio del discurso; Giske pareciera estar fuertemente conectadx con estas ideas, esto por cómo se refleja en su música y en su estética visual, tal como en el video de su pieza “Brist”.


Pero ¿Por qué hablo de Giske como parte de la vanguardia en el saxofón? A pesar de que estos rasgos se denotan desde su primer LP, hoy toca hablar sobre su segundo álbum. Lanzado el 27 de agosto de 2021 y titulado “Cracks”, este consta de 5 piezas de duración que ronda entre los cuatro y diez minutos y medio, conformando así un álbum con una duración total de casi 34 minutos. Bendik echa mano de muy pocos elementos para construir toda su propuesta. Sólo necesita del saxofón, su voz y el uso de efectos de audio para crear atmósferas de carácter envolvente, en ocasiones casi meditativo, esto por el uso de lo que pudieran ser mantras melódicos.


Bendik Giske, performance en vivo en Mutek.


Al echar mano de tan pocos elementos ¿Cómo puede crear una base sólida sobre la cual construir? Esto lo logra mediante la explotación de esos recursos, así como también por un cambio de perspectiva en cómo aborda los mismos. Un ejemplo es el uso de la técnica conocida en el saxofón como “respiración circular”: esta consiste en que el intérprete del saxofón paralelamente inhala y exhala, con esto puede producir sonido de manera increíblemente prolongada; así crea bloques melódicos similares a loops de un posible sintetizador, pero todo realizado con la respiración y técnica de Giske. Otro ejemplo sería el uso del saxofón como percusión; esto se logra al grabar los ataques y presión de las manos sobre los pistones del instrumento, pero sin exhalar, con lo que sólo quedan registrados los golpes rítmicos.

Son varias las influencias que podemos notar en su interpretación: un referente obligado es el saxofonista Colin Stetson (Trabajos solistas, Ost de Hereditary y otras películas, colaboraciones con BBNG, etc), quizá el principal representante en el uso de estas técnicas del saxofón, al menos en música popular. Por otro lado quizá una influencia más sería Sam Gendel, saxofonista de Jon Hassell. Ambos son músicos que se mantienen lejanos de lo considerable como el sonido tradicional de un saxofón; también están lejanos de los grandes referentes del mismo en el jazz, tales como Charlie Parker o John Coltrane, por decir algunos, es una aproximación al instrumento por medio de un lenguaje y concepción diferente.


Las técnicas mencionadas no son una invención de Bendik, son técnicas cuyo uso se emplea desde hace bastante tiempo, sobre todo en la “música académica contemporánea”; pero dado lo inusual que puedan parecer sobre todo para las audiencias masivas, es un sonido en ocasiones difícil de digerir. Por esto me parece un acto valiente llevar este tipo de música a un “consumo popular”. Algo relevante a mencionar es que el uso de estos recursos no es gratuito o azaroso; sino que está orientado a expresar su discurso mediante el despliegue de la técnica y las posibilidades de su instrumento.


En conclusión: es un álbum que quizá pudiera llegar a parecer plano por la repetición de recursos y melodías; pero si se le pone la suficiente atención, podremos percatarnos de cómo el sonido va teniendo una metamorfosis. Recomiendo escuchar varias veces el álbum, esto para darse cuenta cada vez a mayor detalle de estos elementos y permitirse sumergirse en la experiencia de trance. Todo esto me hace pensar en si deberíamos seguir llevando más lejos el sonido del saxofón o si deberíamos de respetar el sonido tradicional de un instrumento con más de 175 años de historia, ¿Está peleada una cuestión con la otra? o ¿Acaso ha habido alguna vez realmente un sonido tradicional para este? Si tienes una opinión sobre esto no dudes dejarla en comentarios, ¡Muchas gracias! Te dejo con Cracks de Bendik Giske.




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