Príncipe azul ¿Idealización o realidad? La mujer desde la perspectiva de Orgullo de Jane Austen
“Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa” - Jane Austen, Orgullo y Prejuicio, 1813
A fines de conmemorar el día de la mujer, que está próximo el 8 de marzo, el día de hoy quiero hablar sobre uno de los clásicos de la literatura más famosos, y de los cuales fue uno de los primeros en hacer a su protagonista un icono femenino.
En efecto, me refiero a la obra “Orgullo y Prejuicio” de la aclamada escritora Jane Austen. Esta lectura, del siglo pasado, sigue posicionándose como tendencia aún en la actualidad y es por una razón: la historia de las hermanas Bennet, sus amoríos y problemas, son tan poéticos y estimulantes que ha inspirado a lo largo de las generaciones a jóvenes mujeres a salir del molde y ser diferentes.
El ejemplar aparenta ser solo una novela más de amor donde la protagonista, Lizzy Bennet, comienza odiando a su interés amoroso, el Sr. Darcy, y después termina rendida a sus pies, pero es mucho más que eso.
La trama comienza con las cinco hermanas Bennet (Jane, Lizzy, Lydia, Mary y Kitty) preocupadas por lo que les deparará un futuro incierto y sin hogar si es que no logran contraer matrimonio pronto. La mayoría de las hermanas son de personalidad romántica, ingenuas y soñadoras con encontrar un pretendiente rico que les asegure un futuro próspero, siguiendo las enseñanzas de su madre; sin embargo, en la segunda hermana, Elizabeth “Lizzy”, es una excepción. Ella es risueña, inteligente, con un carácter fuerte y definitivamente la más osada de todas. Ella sueña con perspectivas más abiertas sin las ataduras de un compromiso por conveniencia, sino guiadas por las verdaderas intenciones del corazón.
Toda esta situación da un giro cuando, en la mansión vecina, llega a vivir el rico y soltero Sr. Charles Bingley, acompañado de su hermana y su amigo el Sr. Darcy, el cual se instala en Netherfield e inmediatamente las hermanas Bennet se sienten aliviadas por su suerte, puesto que ahora tienen pretendientes de sobra.
Prontamente, casi al momento de conocerse, se desata una lucha de personalidades entre Lizzy y el Sr, Darcy, el cual es apuesto, pero indiferente, soberbio y orgulloso. A pesar del mutuo interés que se despierta en ellos, prontamente se desata una lucha de orgullos y prejuicios sociales, debido a la diferencia de rango social entre ambos, siendo el Sr. Darcy un aristócrata.
La novela es una crítica voraz a los prejuicios de clases sociales y el abismo que existe entre estos. Bien representado en cada pedazo de la novela, desde que la madre e hijas estaban tan preocupadas por encontrar a un esposo con buena economía y renta quien las pudiera mantener, sacar de la pobreza en la que vivían y ubicarlas en una clase más alta; en fin, las inquietantes ganas de encontrar marido para no tener que esforzarse, para ser aceptadas por la sociedad aún si no siempre los individuos estuvieran juntos por amor, sino más bien por intereses. La sociedad considera que las mujeres que no tienen pareja no la tienen porque son raras, tienen algún problema mental, son demasiado pobres o, incluso, porque son lesbianas; lo cual es una idea sumamente errónea.
Por lo anteriormente mencionado, la representación de la vida perfecta en la sociedad inglesa del siglo XVIII, la opresión de las mujeres, las inmensas injusticias debido a las diferentes clases sociales y muchas otros factores más, esta novela ha trascendido a lo largo de los años y se ha conservado como una lectura de amor con claras críticas a la sociedad y que, a través de la protagonista, invita a las mujeres a que sueñen en grande y no se dejen influenciar con la idea de que su mayor sueño debe ser encontrar al príncipe perfecto.
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La sociedad se empeña en mostrar de manera idealizada y muy equivocada cómo debe de ser la vida de una mujer. Desde las princesas que están en las caricaturas hasta los grandes romances de películas taquilleras, estereotipan a las mujeres que, si no tienen a un hombre fuerte, valiente y adinerado, su vida no está completa y que su única misión en esta vida debe ser encontrar a la pareja ideal para que él las proteja. Eso está mal, tu único motivo en este mundo no debe de ser encontrar al marido ideal, si bien no está mal encontrar a una persona que te acompañe, apoye y demuestre afecto, de eso no debe depender tu vida para ser feliz. Las mujeres tienen todo el derecho de decidir vivir sus sueños de forma independiente y no solo concentrarse en ser encontradas por su príncipe azul.
Si disfrutaste de la lectura, o si quieres involucrarte más en el mundo de drama de época de la obra de Austen, te recomiendo ver la adaptación cinematográfica de “Orgullo y Prejuicio” hecha en 2005, que se encuentra en la plataforma de streaming Netflix. Cuenta con las grandes actuaciones de Keira Knightley (Elizabeth “Lizzy” Bennet), Matthew Macfadyen (Sr. Darcy), Rosamund Pike (Jane Bennet), entre muchos otros. Aquí está el link del trailer:
Por último, si te interesa sumergirte en la lectura de este clásico romántico, preparé una playlist inspirada en la estética que tiene el libro, para hacer más amena la lectura. Disfrútala.
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