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La necesidad del artista, cualquiera puede convertirse en artista si esta es su vocación

El arte ha destacado, iluminado, agitado y cambiado la vida humana desde que el hombre es consciente de sí mismo. La visión del artista ha marcado generaciones y sus perspectivas. Hoy en día, con el desarrollo de la libertad personal, cualquiera puede convertirse en artista si esta es su vocación. Pero, ¿cuál es la necesidad del artista?



La necesidad del artista es crear. Más que ser expuesto y reconocido, su vocación es crear; es darle a una visión particular y específica a la vida, necesaria para que pueda convertirse en universal. Si dejara de decir lo que piensa y siente quedaría un hueco pudriéndose en sus entrañas. Esta necesidad cruza la barrera económica y social. Se vuelve tan indispensable como respirar y comer; sin embargo, hay que tener límites en la era contemporánea cuando todo es líquido y fugaz. En un mundo que exige productividad, generación insostenible de ingresos y un cambio constante, el artista se enfrenta a retos que pueden entorpecer la creación. En redes sociales se busca que genere contenido constante para poder conectar y tratar de superar a los algoritmos. Se busca que sea interdisciplinario, multigénero y comprometido con toda causa social aunque no la entienda en su totalidad. Cada artista tiene una voz y éste tiene que ser fiel a su voz. No todo arte tiene que ser disruptivo ni social. Para tantas personalidades en el mundo se necesita un artista de cada estilo.

Se le exige al artista calidad y honestidad en sus producciones y, al mismo tiempo, se le margina en el intento de sobrevivir. Unos cuantos llegan a la estimación popular y se les venera. Los demás luchan día a día, cumpliendo con sus obligaciones personales y artísticas como un trabajo de doble tiempo. Vistos por el status quo como soñadores, bohemios e, incluso, muertos de hambre (que no es el caso). Del arte se puede vivir y cada quien lo adapta a sus necesidades y características. La visión bohemia del artista, tan impregnada en nuestros días, es una visión desactualizada de la profesión. Una idea muy romántica a la que es lindo idealizar mas no vivir. Sacar provecho profesional y económico de alguna profesión artística es difícil al principio, sobre todo en países del tercer mundo. Cuando se deje de ver como un pasatiempo o una vocación divina al servicio de los demás y sea visualizada como un oficio necesario, ahí será cuando el resultado sea más divino.

En su oficio encuentra alimento del alma para nutrir sus obras. No se puede entender al escritor sin ser lector, al músico sin ser melómano, al pintor sin contemplar otras obras. La necesidad de crear lo lleva a consumir. Se vuelve en un círculo de consumo sano. Esta nutrición convierte a las futuras obras en el futuro del pensamiento del observador. Crea una mirada crítica y desarrolla la imaginación. Sin más, vuelve a la creación. El arte como una creación constante, no eterna, pero sí sin fin. En el caso de estos años ha sido un nutrir la mente de muchas personas con el incremento de lecturas, maratones de películas y series, escuchadas de música, teatro virtual, etc. Acompañan al espectador y siguen la cadena de alimento del alma.

La necesidad del artista, en una breve conclusión, se resume en crear. Crear una obra, un pensamiento, un vínculo, una reflexión, una sanación y una mirada crítica. El artista crea porque tiene que crear, no porque puede. Al igual que es una vocación, es una decisión diaria. Una decisión de buscar la voz honesta que resguarda. Una constante práctica para encontrar la obra. El artista necesita ser artista y vencer los obstáculos para serlo en plenitud. El que quiera crear que cree. La necesidad del artista, como cualquier otra persona, es vivir.



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