El renacimiento de James Bond
Pesa mucho la ausencia de James Bond en la gran pantalla. Desde 2021 no tenemos noticias sobre el nuevo director o siquiera sobre el nuevo actor elegido para interpretar al 007, por lo que considero necesario recordar y celebrar la película que revivió y relanzó la franquicia de Bond: Casino Royale. Dirigida por Martin Campbell y protagonizada por el entonces desconocido Daniel Craig, se estrenó hace casi 17 años y trajo al 007 a una nueva era dentro del cine.
Como Batman con la cinta Batman y Robin, James Bond también había tenido una película absurda con Die Another Day. La reputación de estos personajes entrañables estaba tan dañada por dichas cintas que los estudios responsables consideraron no seguir produciendo películas sobre ellos, hasta que en 2005 llegó Christopher Nolan con Batman Begins y salvó al caballero de la noche de la irrelevancia y el olvido.
MGM, estudio responsable de la franquicia de James Bond, vio el éxito tanto en crítica como en taquilla del regreso de Batman y decidió resucitar a James Bond para una nueva película. El resultado fue una de las mejores de la saga y en lo personal, una de mis películas de acción favoritas, Casino Royale.
Con esta cinta se optó por dejar a un lado las locuras y absurdos de las entregas anteriores y se decidió que el nuevo Bond sería más oscuro, un asesino. Esta nueva versión sería muy fiel al personaje creado por Ian Fleming en sus novelas. Con esta nueva cinta en la franquicia inició la era Craig de James Bond.
Casino Royale cuenta la historia de cómo el recién nombrado agente 0007, James Bond, debe detener a un terrorista internacional para que éste no obtenga recursos y así no pueda seguir financiando sus operaciones ilícitas.
Aunque parezca otra aventura genérica de Bond, no lo es. Lo que eleva la trama a algo realmente espectacular es el camino que Bond recorre a lo largo de la película. En el cine hay algo llamado el viaje del héroe y, como su nombre lo indica, es un trayecto que recorre el protagonista de la historia para alcanzar un objetivo o lograr algo. Los ejemplos más claros son Bruce Wayne en Batman Begins recorriendo el camino para convertirse en algo más: el caballero de la noche. Está también Peter Parker aprendiendo que un gran poder conlleva una gran responsabilidad y, en el caso de Casino Royale, James Bond aprende a ser más cauteloso, discreto y desalmado para convertirse en la versión de 007 que todos conocemos y apreciamos.
Otro elemento increíble de Casino Royale es sus escenas de acción. La cinta entrega secuencias sumamente entretenidas de persecución que te mantienen todo el tiempo en la orilla de tu asiento, cautivado con lo que estás viendo. En ningún momento te aburre, pues cumple la función de cualquier buena historia: hacer que te sumerjas en ella y te olvides del mundo exterior.
James Bond regresó al cine y al mundo gracias a Casino Royale, sin ella, una generación de fanáticos no hubiera conocido al agente 007 y se hubiera perdido de su increíble mundo de espionaje, acción y aventura. La cinta número 21 de la franquicia nos obsequió una versión muy distinta del Bond al que estábamos acostumbrados. Además, salvó al personaje del olvido para entregar una de las mejores cintas de acción y espionaje en años recientes.
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