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¿Cuál es la mejor música del mundo?¿Ustedes saben?

Hace unos días encontré un canal de YouTube llamado La Cata Musical dirigido por César Muñoz. Un canal en el cual se habla sobre curiosidades e historia de canciones clásicas, teoría musical y algunas reflexiones. Una reflexión de César me llamó mucho la atención. Desde el título que podría sugerir subjetividad o snobismo: ¿Cuál es la mejor música del mundo?

Viniendo de un ambiente melómano en casa y de una carrera universitaria musical, escuchas muchas opiniones de cuál es la mejor música. En casa unos grupos son más dignos que otros y hay fanatismos. En la carrera musical, el jazz o la música clásica son la cúspide de la música occidental y ninguna se equipara con los genios de las mismas. Cualquier sugerencia a otros géneros es música vulgar o de segundo plano. Música que no “exige” de ti nada intelectualmente. (Cabe aclarar que, como en todas las afirmaciones sin sustento, son generalizaciones). Entonces, ¿los académicos tienen razón en una área tan subjetiva que con el tiempo va cambiando? ¿El arte tiene que ser objetivo? Tal vez sí lo miras en un punto académico, sí. Pero ¿la vida es un constante academicismo? No parece.


César introduce un par de ideas. La primera es que la música es mejor dependiendo de la ocasión. Y pone el ejemplo de su banda tocando dos sets en una fiesta. El primer set fue de jazz (como buen estudiante) al cual la gente dejó de prestar atención después de un tiempo. ¿Es mala música? Para nada. Solo no eran para esa ocasión. Se comprobó cuando en el segundo set tocaron música más bailable, como La Macarena. En ese momento la gente empezó a bailar y la música toma el papel central de la celebración.



La segunda idea que plantea es que la mejor música es la que nos hace sentir. Desde su propia experiencia vuelve a ejemplificar que la mejor música es subjetiva al consumidor. En una ocasión le pidieron de favor que guardara una victrola (un tocadiscos antiguo). Su abuela lo fue a visitar y César le puso un fox trot (la música popular de la década de 1930). Al escucharlo, ella se llenó de emoción y se remontó a su época de adolescente. La hizo sentir y revivir gracias a ese fox trot.


Con estas conclusiones que nos da La Cata Musical, como dice Serrat: «Contra gustos no hay disputas». Cada quien, como individuo lleno de experiencias, gustos y expectativas, tiene sus preferencias. Y tratándose de arte, no podemos esperar objetivizar los gustos. Puede que ciertas canciones o piezas sean más elaboradas o “refinadas” en técnica, más no esperemos escuchar Bad Bunny en una entrega de reconocimientos y tampoco esperemos escuchar Miles Davis o Mozart en un antro. Cada cosa en su lugar y, como el vino, la mejor música es la que más te gusta. Dejemos snobismos e intentos de superioridad intelectual que solo dividen más a la sociedad. Los invito a visitar el canal La Cata Musical e indaguen en curiosidades musicales.



La Cata Musical




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