Bohemio: Andrés Calamaro regresa a México

El regreso del Salmón a México

Andrés Calamaro, el legendario compositor argentino, visitó tierras mexicanas este inicio de primavera. Compartió escenario en el Vive Latino y en el Pa'l Norte. En Querétaro, Ciudad de México y Guadalajara tuvo la exclusividad del escenario donde vivió la euforia con miles de fans. Tuve la oportunidad de verlo en el Teatro Diana de Guadalajara y fue una experiencia magnánima para el rock en español.

Con el solo hecho de pisar el escenario la gente aplaudía y ovacionaba al cantante. Calamaro con su gran presencia escénica y personalidad única saludó como torero con una muestra de humildad y caballerismo. Inició con Bohemio y continuó con Hong Kong adaptando un pedazo de la letra del coro a «Tengo una flor de Acapulco.» La gente coreaba con entusiasmo las letras de los clásicos que iba presentando. Incluso tocó temas no tan conocidos como All you need is pop. Fue un repaso de los esenciales de su carrera musical. Si le preguntas a cualquier fanático de Calamaro faltaron muchos éxitos y caras b. Hizo tributos a otros músicos como The Beatles, Soda Stereo y al bolero Espérame en el Cielo que es interpretada por Los Panchos también. Se rindió homenaje a Maradona con su canción homónima en la cual la gente ondeaba y presentaba sus playeras argentinas mientras las pantallas mostraban imágenes de las mejores jugadas del futbolista. Incluso presentó y halagó a la tauromaquia durante la canción Sin documentos, clásico de Los Rodríguez, con imágenes de distintos toreros en sus respectivas corridas. Desde José Tomás hasta Morante de la Puebla. Imágenes en las que el Salmón quedaba hipnotizado en admiración. Al momento de las ovaciones, Andrés buscaba compartirlas con sus integrantes de la banda: Germán Wiedermen (piano), Mariano Domínguez (bajo), Julián Kanevsky (guitarras) y Martín Bruhn (batería). En otro acto de tributo con la canción Los chicos en la pantalla se mostraron sus amigos y grandes artistas que murieron como Spinetta, Cerati, Bowie, Vicente Fernández, Juan Gabriel y hasta Maradona. Para concluir, la banda tocó su versión de De música ligera de Soda Stereo que acabó de incentivar los ánimos en los espectadores.

El sabor que dejó el concierto fue magnífico. En las algarabías de los baños se escuchaban elogios al genio y a la figura de Calamaro. Se distinguían nombres de canciones que distintos admiradores hubieran querido escuchar. A mí me hubiera gustado escuchar otros clásicos más e incluso de su último disco Cargar la suerte. Aún así el impacto cultural que heredó ese concierto fue muy nutrido para el alma. Espero que Calamaro vuelva a México para poder escuchar de nuevo las versiones y sus cantos que acompañan para cada momento de nuestras vidas, mi vida.